Oficios de Alto Riesgo: Periodismo, Liderazgo Social y la Lucha Estudiantil en Colombia
Colombia, país de mágicos paisajes y realidades desgarradoras, no solo lidera rankings de biodiversidad sino también los de oficios de alto riesgo. Ser periodista, líder social o estudiante comprometido no es solo una profesión o vocación, sino una sentencia que podría marcar el final antes de tiempo. En un escenario donde las malas prácticas políticas y los "resultados" maquillados son la norma, estos oficios se convierten en actos de valentía (o quizás de insensatez, dependiendo del día).
La Cara del Periodismo en Colombia: Verdad o Consecuencia
Los periodistas, esos "intrépidos entrometidos", han sido tradicionalmente el primer frente de ataque contra la corrupción y el abuso de poder. Sin embargo, ejercer esta profesión en Colombia es como jugar a la ruleta rusa. Según la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), más de 1.600 periodistas han sido amenazados en los últimos años.
¿Por qué? Simple: a nadie le gusta que le saquen los trapos sucios. Especialmente cuando esos trapos incluyen masacres, desapariciones forzadas o los tristemente célebres "falsos positivos", donde el Estado maquilló asesinatos de civiles como bajas de combate. Ah, pero no nos olvidemos de los "falsos positivos fiscales": fondos que desaparecen más rápido que un político honesto en campaña.
Los Líderes Sociales: Una Profesión que Nadie Quiere Ejercer (pero Todos Necesitan)
Ser líder social es sinónimo de tener una diana en la espalda. Defender el territorio, los derechos humanos y la vida misma en un contexto de violencia sistemática es un acto heroico. Según Indepaz, más de 1.400 líderes sociales han sido asesinados desde 2016, un dato que debería escandalizar, pero parece haber sido archivado bajo "asuntos pendientes" en las prioridades gubernamentales.
La narrativa oficial suele hablar de "hechos aislados" o "conflictos entre comunidades". Sarcásticamente, el Estado parece más interesado en criminalizar a las víctimas que en protegerlas. Y claro, los responsables, como siempre, brillan por su ausencia.
La Lucha Estudiantil: Rebelión o Sentencia
Ser joven y estudiante en Colombia significa ser catalogado como "peligro público" cada vez que se alza la voz por la educación o la equidad. ¿Protestas? Bienvenidas sean las tanquetas y el Esmad. Desde el emblemático caso de Dilan Cruz hasta los incontables estudiantes desaparecidos, ser activista estudiantil parece ser un pasaporte a una tumba prematura o una cárcel injustificada.
El sistema judicial y político, con sus políticas de "orden y progreso", asegura que cualquier movimiento sea reducido a una nota en los periódicos y un olvido programado. Porque, al fin y al cabo, es más fácil reprimir que reformar.
Una Democracia de Papel y Cartón
Mientras los gobernantes aseguran estar trabajando "por el pueblo", los números cuentan otra historia. ¿Políticas públicas? Más bien cortinas de humo. ¿Resultados? Manipulados. ¿Compromiso? Tan ausente como la justicia en los casos de los asesinatos de líderes sociales.
En este circo de la política, donde el interés personal pesa más que la ética, quienes deciden luchar por la verdad, los derechos y la educación no solo enfrentan al sistema, sino también al silencio cómplice de gran parte de la sociedad.
¿Esperanza o Resignación?
El panorama es sombrío, pero no definitivo. Los oficios de alto riesgo siguen siendo ejercidos con valentía por quienes creen que Colombia merece más que titulares internacionales por violencia y corrupción.
La resistencia sigue viva, y aunque el camino esté lleno de obstáculos, la verdad, la justicia y la educación son causas que nunca deben apagarse. Porque mientras haya una voz que denuncie, un líder que luche y un joven que resista, hay esperanza para este país que, aunque herido, nunca ha dejado de soñar.
Referencias y Enlaces
1. Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP)
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