El Lenguaje como Arma de Control: Manipulación Mediática en Colombia
El Lenguaje como Dispositivo de Manipulación
La manipulación mediática no se limita a lo que se omite o se exagera; radica también en cómo se estructura y se transmite el mensaje. Técnicas como el framing, la repetición estratégica de narrativas o la apelación emocional han sido descritas por autores como Sylvain Timsit, Noam Chomsky y Elisabeth Noelle-Neumann. Este entramado de teorías, desde la "Agenda Setting" hasta la "Espiral del Silencio", demuestra que la manipulación no es accidental ni aislada, sino que forma parte de un sistema ideológico deliberado que opera sobre el lenguaje y la percepción pública.
La Arquitectura del Control Informativo en Colombia
En Colombia, el control mediático responde a una estructura oligárquica donde unos pocos conglomerados poseen los principales medios de comunicación. Caracol y RCN, por ejemplo, acaparan el 87% de la audiencia televisiva, y no actúan como árbitros neutrales, sino como portavoces de intereses empresariales y políticos. Esta concentración impide la pluralidad de voces, promoviendo una narrativa única que responde a agendas particulares, a menudo antagónicas con las reformas sociales o las visiones progresistas.
El discurso mediático, lejos de ser imparcial, cumple una función política: crear realidades alternas. Cuando los medios actúan como actores políticos disfrazados de periodismo, el lenguaje se instrumentaliza para estigmatizar, distraer, tergiversar o suprimir información clave. Así, se fabrican "verdades" al servicio de unos pocos, moldeando la percepción colectiva con frases como "el castrochavismo amenaza la democracia" o "todo es culpa de Petro", aunque no tengan fundamento empírico.
Casos de Estudio: Manipulación en Acción
1. Las elecciones de 2018
Durante las elecciones presidenciales de 2018, medios como El Tiempo y Noticias Caracol aplicaron estrategias emocionales, evitaron debates sustanciales y promovieron el miedo como factor decisivo. La ausencia de un debate presidencial antes de la segunda vuelta fue una táctica deliberada para limitar el pensamiento crítico y reforzar prejuicios ya establecidos en el imaginario colectivo.
2. El paro nacional del 21N (2019)
La respuesta mediática al paro nacional del 21N evidenció una estrategia de criminalización. La protesta fue encuadrada como "vandalismo", se omitieron las demandas ciudadanas y se promovió una narrativa que justificó la represión violenta por parte del ESMAD. La creación del discurso de la "Conversación Nacional", sin negociación real, fue otro mecanismo de manipulación simbólica, diseñado para diluir el movimiento social.
3. Gobierno de Gustavo Petro
Desde su posesión, el presidente Gustavo Petro ha sido objeto de una ofensiva mediática sin precedentes. Noticias falsas, tergiversaciones, vínculos falsos con el comunismo, campañas de desprestigio y la invisibilización de logros como el aumento del empleo y la reducción de la pobreza son solo algunas de las estrategias empleadas. El lenguaje se ha utilizado no para informar, sino para instaurar una narrativa de fracaso y caos, funcional a intereses corporativos y a la oposición política de ultraderecha.
Redes Sociales: Ecosistemas de Desinformación
Si bien las redes sociales abrieron la puerta a una democratización de la palabra, hoy representan también espacios de manipulación algorítmica. La creación de cámaras de eco, la proliferación de bots, trolls y influencers contratados han amplificado la polarización política. El caso del "niño calculadora" es un ejemplo de cómo una historia emocionalmente diseñada puede viralizarse y engañar incluso a autoridades públicas, demostrando cuán vulnerables somos a narrativas bien estructuradas pero falsas.
Consecuencias: Democracia Erosionada y Sociedad Polarizada
El impacto de la manipulación mediática en Colombia es profundo y peligroso. No solo distorsiona la toma de decisiones ciudadanas, sino que fragmenta el tejido social, promoviendo una visión maniquea de la política ("nosotros vs. ellos"). Además, genera desconfianza en las instituciones, alimenta el odio, y obstaculiza el consenso democrático. Cuando el lenguaje se utiliza para manipular y no para dialogar, la democracia se vacía de contenido real.
¿Qué Hacer? La Alfabetización Mediática como Resistencia
Frente a este panorama, urge fortalecer la alfabetización mediática. Programas como Digitalia, la Conferencia Mundial MIL 2025 organizada por la UNESCO en Colombia y el crecimiento de plataformas como Colombiacheck y Redcheq son pasos valiosos, pero insuficientes si no se acompañan de una reforma estructural en la educación. Necesitamos formar ciudadanos capaces de leer críticamente los medios, identificar las intenciones detrás del discurso, y construir una opinión pública plural, informada y resistente a la manipulación.
Conclusión
En Colombia, el lenguaje mediático ha sido secuestrado por los intereses de unos pocos. Desenmascarar la manipulación no es solo una tarea académica; es un acto político. Significa reclamar el derecho a una información veraz, plural y ética. Significa, sobre todo, recuperar el lenguaje como espacio de construcción democrática, no de sometimiento. Si aspiramos a una Colombia más justa y consciente, debemos empezar por hablar claro, por nombrar las cosas por su nombre, y por no permitir que otros construyan nuestra realidad a punta de titulares mentirosos.
Referencias
• Valderrama Quiroz, Juan Camilo. Manipulación Mediática Mediante el Uso del Lenguaje: Un Análisis Profundo de su Aplicación y Consecuencias en Colombia. Medellín, 2025.
• Herman, E. S., & Chomsky, N. (1988). Manufacturing Consent: The Political Economy of the Mass Media. Pantheon Books.
• Timsit, S. (2002). Las 10 Estrategias de Manipulación Mediática [ensayo].
• Noelle-Neumann, E. (1980). La Espiral del Silencio. Universidad de Mainz.
• McCombs, M., & Shaw, D. (1972). The Agenda-Setting Function of Mass Media. Public Opinion Quarterly.
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