La Praxis del Sentipensante: Una Apuesta por la Transformación Social en Medellín


En medio de una ciudad que se presenta como referente de innovación, resiliencia y desarrollo económico, pero donde persisten profundas heridas sociales, decidí emprender un ejercicio que desborda la academia y se instala en la vida: aplicar la Investigación Acción Participativa (IAP) de Orlando Fals Borda como una praxis sentipensante en las comunas de Medellín. Esta no fue una mera exploración metodológica, sino una declaración de principios éticos, políticos y existenciales.

Más que una Metodología, una Filosofía de Vida

La IAP no puede ni debe ser tratada como una técnica neutra. Su espíritu es profundamente político. Fals Borda entendió que la producción de conocimiento no está separada de las estructuras de poder, y por eso propuso romper con el paradigma que ve a las comunidades como objetos de estudio. La IAP se convierte en herramienta de liberación, en un proceso donde investigar es luchar, donde pensar es actuar, y donde sentir es transformar.

Mi propuesta, inspirada por este marco, parte del sentipensar: una categoría que rechaza el dualismo cartesiano para invocar la unidad entre razón y emoción, teoría y praxis, individuo y comunidad. El investigador se vuelve un facilitador, un militante del conocimiento colectivo, que acompaña a la comunidad en su camino de autoconocimiento y emancipación.

Medellín: La Paradoja que Urge Transformar

Hoy, Medellín se vende como ejemplo de progreso. Con una economía que crece, cifras de desempleo históricamente bajas y un potente discurso institucional de participación, muchos pensarían que es una ciudad resuelta. Pero basta mirar más allá del marketing oficial para encontrar la otra cara: comunas donde el hambre volvió con fuerza, donde la pobreza se enquista y donde el tejido social es vulnerado por la corrupción, el clientelismo y la violencia.

Mi informe expone esta contradicción: la ciudad del turismo y las startups convive con zonas que aún hoy carecen de agua potable, vivienda digna, empleo formal y alimentación básica. Estas son las realidades que deben guiar cualquier ejercicio investigativo verdaderamente comprometido.

El Poder Popular como Horizonte

La IAP no busca que las comunidades dependan de ayudas externas, ni mucho menos que se limiten a participar en procesos controlados por el Estado. Su objetivo final es la construcción de poder popular: la capacidad de autogestión, organización y decisión sobre el propio destino. Para lograrlo, propongo una guía metodológica adaptada a Medellín, que parte de los dolores concretos de los territorios, pero que no se detiene en el diagnóstico: avanza hacia la acción transformadora.

Esta praxis no es espontánea. Requiere fases claras: negociación de demandas comunitarias, conformación de grupos motores, diagnóstico participativo, programación de propuestas viables y ejecución con reflexión constante. Todo, bajo el principio de horizontalidad, devolución sistemática del conocimiento y diálogo real de saberes.

Proyectos con Corazón y Cabeza

Desde esta mirada, planteo tres líneas de acción concreta donde la IAP puede encarnar su potencia:

    1. Memoria Histórica y Paz Territorial: Recuperar las voces de quienes sobrevivieron al conflicto armado urbano, construir archivos comunitarios, museos vivos, rutas de memoria y pedagogías desde los barrios.

    2. Sostenibilidad Ambiental y Soberanía Alimentaria: Crear huertas comunitarias, sistemas de alerta temprana, redes de reforestación urbana, mientras se fortalece el vínculo de las comunidades con sus territorios.

    3. Fortalecimiento de Economías Locales y Populares: Mapear los oficios invisibles, fomentar cooperativas, redes de intercambio y modelos económicos solidarios que no dependan del asistencialismo estatal ni del mercado voraz.

Retos Éticos: Seguridad, Sostenibilidad y Autonomía

No es ingenuo pensar que esta praxis desafía intereses establecidos. Por eso, advierto: sin seguridad no hay participación, y sin sostenibilidad financiera no hay continuidad. Además, el proceso debe mantener su autonomía frente al Estado, aun cuando dialogue críticamente con él. El riesgo de cooptación es real, pero más grande es la posibilidad de incidir, desde abajo, en las políticas públicas si el proceso se mantiene arraigado en la comunidad.

Hacia una Red de Praxis Viva en Medellín

El sueño final no es un proyecto aislado, sino un movimiento articulado. Una red de procesos de IAP que conecten comunas, saberes, resistencias y esperanzas. Una red donde cada experiencia nutra a las demás, donde el aprendizaje sea colectivo y donde se construya una ciudadanía crítica, activa y comprometida.

En definitiva, mi apuesta es clara: hacer del conocimiento una herramienta de transformación, del investigador un compañero de lucha, y de las comunas no un espacio de intervención sino un sujeto político con voz, memoria y capacidad de acción. La IAP, en este contexto, no es solo una metodología: es una insurgencia epistemológica, una ética de la esperanza y un camino hacia la dignidad compartida.


Referencias

  • Fals Borda, Orlando – La Investigación Acción Participativa
  • Freire, Paulo – Pedagogía del oprimido
  • Sousa Santos, Boaventura – Epistemologías del Sur
  • Memoria barrial en Medellín – Comunas 8 y 13
  • Cultura popular, resistencia territorial y poder popular en Colombia


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